La exégesis histórico-crítica
Reimarus, Schleiermacher; Renan, Strauss, Duchesne, Wellhausen, von Harnak, Loisy, Tyrrell, Bultmann, Jeremias, Meier, Crossan, Bultmann, Jeremias, Meier, Crossan, Pagola, Piñero, Pikaza, Valdes, Bianchi
Modernismo: Pio X y la encíclica "Pascendi"
PAGINA EN PREPARACION
SEGUIDAMENTE HAGO MENCION DE ALGUNOS AUTORES
con la intención de indicar sintéticamente su pensamiento fundamental... cosa que haré próximamente

REIMARUS SCHLEIERMACHER RENAN . STRAUSS
"Rechazamos lo sobrenatural por la misma razón que nos hace rechazar la existencia de los centauros y los hipogrifos: esta razón es que nunca se ha visto ninguno. No es porque me haya sido previamente demostrado que los Evangelios no merecen crédito por lo que rechazo los milagros que cuentan. Es porque cuentan milagros por lo que digo: «Los Evangelios son leyendas; pueden contener historia, pero ciertamente no todo en ellos es histórico" (Renan)


DUCHESNE WELLHAUSEN VON HARNACK LOISY TYRRELL
A partir de Harnack, sus tesis ejercieron una gran influencia y extendieron la idea de la "helenización del cristianismo". A pesar de que hoy día los historiadores descartan con unanimidad su interpretación de la gnosis y el catolicismo, la idea fundamental de la helenización (esto es, que la Iglesia antigua habría impuesto una teoría filosófica sobre la praxis que se refleja en Biblia y que habría desarrollado a partir de ella su ortodoxia) goza de una amplia difusión y aceptación en diversas escuelas, desde la teología de la liberación hasta la teología del pluralismo religioso. Benedicto XVI ha visto en Harnack la segunda fase de la exigencia de "deshelenización" del cristianismo. De acuerdo con el espíritu racionalista-positivista de su épo-ca, Harnack pretendió conocer el evangelio original de Jesús mediante el método histórico-crítico Para él, el Evangelio se reduce al anuncio de la llegada del Reino, la paternidad de Dios, la dignidad del ser humano y del mandamiento del amor. Cualquier otra afirmación tiene su origen en infil-traciones griegas. A su juicio, el dogma sería "una construcción del espíritu griego sobre el suelo del evangelio". De hecho, la mayoría de los teólogos liberacionistas postulan la primacía de la praxis pastoral o ejercicio concreto de la caridad en orden a la construcción del Reino ya en este mundo, pues Jesús sólo vino, según ellos, a revelarnos que todos somos hermanos e iguales. Hay una crítica expresa, en esta orientación, a la Iglesia aliada a los poderosos de turno y a la vida especulativa-contemplativa sin compromiso socio-político. Ser verdadero discípulo de Jesús será, entonces, dar de comer, dar de beber, sanar, visitar enfermos..."En los colegios modernistas, la capilla, que existe al menos para disimular y cubrir el expediente, suele estar arrinconada en el lugar menos accesible del colegio y, mediante ingeniosos procedimientos de puertas correderas, suele coexistir y ser una misma cosa con una vulgar sala de reuniones o salón de actos multiusos: no vaya a ser que perdamos espacio o que a algún despistado le dé por rezar o por adorar a Cristo en el Sagrario. Bueno… Sagrario no siempre hay; y si lo hay, no siempre está el Santísimo. Porque en realidad no creen en Dios ni en la transubstanciación, ni en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, ni en la necesidad de conversión ni en el sacramento de la penitencia. Eso era antiguamente. Como lo de rezar el rosario o cosas así… Eso era antes: cosas de viejas. Ahora se buscan experiencias de interioridad y silencio para que todos sintonicemos con nuestro yo interior y nos unamos a las energías cósmicas para alcanzar la paz interior y sanear el karma y abrir los chacras y todas esas gilipolleces progres. Pero de Jesucristo, ni media palabra. Al Espíritu Santo ni nombrarlo: pero el Yin y el Yang, la transcendencia y la iluminación que proporcionan el yoga o el budismo… Eso sí que sí. Jesucristo es más revolucionario que místico… Es el dios encarnado que nos invita a la lucha -a encarnarnos nosotros también- por la liberación de los oprimidos. Por eso nosotros debemos comprometernos y hacer muchas cosas (comedores sociales, recogida de alimentos, carreras solidarias, jornadas, días, semanas de no sé qué demonios…): puro voluntarismo; inmanentismo pelagiano y espiritualismo New Age con acompañamiento de música de Enya para relajarnos. Cualquier cosa menos adorar a Dios en el Santísimo Sacramento, que eso es perder el tiempo".
Cita de http://www.infocatolica.com/blog/gobiendes.php/1704250501-la-escuela-modernista
Tyrrell afirmaba que la religión era una forma de vida donde los dogmas debían irse adaptando con el tiempo de acuerdo con las necesidades de la vida misma.Si los dogmas de la Iglesia no se han mantenido tras la crítica, la misma Iglesia no puede sostenerse: así como del judaísmo se pasó a la Iglesia, así ahora la Iglesia debería dejar paso a otra forma de religiosidad. Según Tyrrell varios dogmas se habían demostrado falsos con el tiempo y con la crítica histórica.

LA BUSQUEDA DEL JESUS HISTORICO
Cuando se habla de ello, es para diferenciarlo de "el Cristo de la fe", que sería una proyección de lo que creían los primeros discípulos acerca del personaje de carne y hueso que habían reconocido como Mesías. Lo que sostiene esta teoría es que los primeros cristianos habrían realizado un proceso de divinización del Jesús histórico, a partir de su inmediata seguridad del hecho de la Resurrección. A San Pablo se le atribuye principalmente haber espiritualizado al personaje en sus epístolas tempranas (por ser anteriores a los cuatro Evangelios y haber marcado el camino), en particular su interpretación de la Redención por la sangre y la abolición del Templo con sus holocaustos (epístola a los Hebreos).
BULTMANN
teólogo protestante alemán (1884-1976), autor de "La Desmitologización del Evan-gelio", protagonista central de la "antigua" búsqueda del Jesús histórico, que concluye en la "no bús-queda" y propone concen-trarse en "el Cristo de la fe", el cual sería casi una construcción de San Pablo, influenciado por el hele-nismo y el gnosticismo.
JOACHIM JEREMIAS
Teólogo luterano alemán (1900-1979)
Sus investigaciones y escritos cubren un gran campo que van de los histórico y lo arqueológico a lo filosófico y literario. Se concentró principalmente en la Biblia hebrea y en los rextos rabínicos relevantes para un análisis crítico del NT, en orden a reconstruir el entorno histórico de Jesús en toda su complejidad, para llegar a una mayor comprensión de su vida y de sus enseñanzas.

JOHN MEIER (USA 1942 - )
Sacerdote católico norteamericano, autor de la monumental obra "Jesús: un judío marginal", de gran influencia en la actualidad. "Por el 'Jesús histórico' entiendo el Jesús que podemos recuperar, recobrar o reconstruir utilizando los instrumentos científicos de la investigación histórica moderna. Este 'Jesús histórico' será siempre un constructo científico, una abstracción teórica que no coincide ni puede coincidir con la plena realidad de Jesús de Nazaret. Mi método sigue una regla sencilla: prescinde de lo que la fe cristiana o la enseñanza posterior de la Iglesia dicen sobre Jesús."
Algunos exegetas de habla española

JOSE ANTONIO PAGOLA Según sus defensores, la obra es un compendio de la investigación crítica sobre Jesús, una síntesis de las teorías teológicas de diversos autores, entre las cuales destaca una visión de Jesús a partir de su kerigma, según la corriente del llamado Jesús histórico, desde su Bautismo por Juan, hasta el mensaje de Pascua. Consideran que el libro consigue unir los aspectos social y religioso, espiritual e histórico, personal y social, liberador y piadoso en la vida de Jesús: «habla de Dios hablando de los pobres, habla de justicia tratando de la misericordia, habla de transformación económicao cupándose de la oración», se centra en la experiencia de sanación del Jesús que cura y en las parábolas «que nos abren los ojos para entender» Según sus contradictores, en cambio, el libro presenta, en primer lugar, tres deficiencias principales desde el punto de vista metodológico: a) la ruptura que, de hecho, se establece entre la fe y la historia; b) la desconfianza respecto a la historicidad de los evangelios; y, c) la lectura de la historia de Jesús desde unos presupuestos que acaban tergiversándola. Las deficiencias doctrinales pueden resumirse en seis: a) presentación reduccionista de Jesús como un mero profeta;
b) negación de su conciencia filial divina; c) negación del sentido redentor dado por Jesús a su muerte; d) oscurecimiento de la realidad del pecado y del sentido del perdón; e) negación de la intención de Jesús de fundar la Iglesia como comunidad jerárquica; y, f) confusión sobre el carácter histórico, real y trascendente de la resurrección de Jesús.

ANTONIO PIÑERO www.antoniopinero.com
Es un eminente conocedor del judaísmo y del mundo antiguo en los tiempos de Jesús, experto en lenguas antiguas y con varios doctorados, dice que se ha pasado la vida viviendo en el siglo I…. vale la pena conocerlo !
Video
Exégesis de los milagros
El cuerpo de Jesús no resucitó
El mito de Jesús Al final (desde minuto 7) afirma que muchos teólogos alientan hoy un cristianismo sin dogmas

CON XAVIER PIKAZA - ver su blog AQUI

CON ARIEL ALVAREZ VALDES - ver más datos AQUI
InfoVaticana Ettore Gotti Tedeschi 30 diciembre, 2017
En un artículo publicado en La Nuova Bussola Quotidiana, Ettore Gotti Tedeschi analiza el libro Cristologia, per iniziare, del ex rector de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, José Ramón Busto Saiz, y plantea qué puede significar recibir esa clase de enseñanza cristológica en un seminario o una Universidad Pontificia.
Si conociera a un joven que tuviera verdadera vocación y que quisiera entrar en el seminario, sabiendo que su camino es ser, primero de todo, un santo sacerdote, tal vez después un obispo, cardenal e incluso papa, sabría a quién dirigirlo, le ayudaría a elegir para que evitara seminarios que, en mi opinión, podrían confundir su vocación y su misión futura enseñando filosofía inspirada en Kant y Heiddeger, y teología inspirada en Karl Rahner, y en los que se ignora totalmente a Santo Tomás de Aquino.
Lo que me causado esta preocupación y me ha instado a escribir este pequeño artículo, que probablemente no aporta nada nuevo a los teólogos, es la lectura de un pequeño volumen (con “aprobación eclesiástica”), definido en la presentación: “síntesis de conferencias a los educadores de los Colegios de la Compañía de Jesús”. Se titula Cristologia, per iniziare – Ed. AdP, 2006.
El autor es un conocidísimo jesuita español, el padre José Ramón Busto Saiz S.J., que cuando se publicó este libro era rector de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, donde enseña exégesis y teología. En la presentación el autor explica que el libro sirve para iniciarse en el misterio de Jesucristo después de la exégesis histórico-crítica y el redescubrimiento de su humanidad por parte de la teología de la segunda mitad del siglo XX, e introduce a Walter Kasper y su obra Gesù è il Cristo, clave de toda la teología.
El autor continúa explicando qué ha cambiado en la cristología con el Concilio Vaticano II, que nos ha hecho a todos un poco más “adultos”. Y para hacerlo cita las sugerencias de Karl Rahner en mérito al riesgo que había en el pasado de herejía inconsciente, que consistía en el hecho que para considerar a Jesús verdadero Dios, se dejaba demasiado en segundo plano que él es verdadero hombre y que tuvo una historia humana que debe ser investigada desde el punto de vista histórico. Desde los años sesenta se comprende, por fin, que para creer en Dios es necesario que Dios sea creíble (¡yo no había pensado nunca en ello!).
Por lo tanto, no como nos lo han transmitido los Evangelios, que no son obras históricas, dan testimonios sospechosos y cuyos presuntos autores (con excepción tal vez de uno) no son testigos oculares de lo que narran, se contradicen, no citan las fuentes y, probablemente, estaban influenciados por los destinatarios de su trabajo, que querían que la historia de Jesús fuera interpretada así para ayudar a la fe. Por consiguiente, los Evangelios hay que leerlos de manera crítica. El libro cita una sola vez a María, mencionando que la concepción y el nacimiento virginal de Jesús pertenecen a la fe de la Iglesia. Nosotros confesamos en el Credo que Jesús nació de María Virgen, pero este misterio no se deduce por la investigación histórica; de hecho, sólo es accesible a la fe (si lo he entendido bien, encarnación significaría, efectivamente, que Dios vive en un hombre). Jesús predica el Reino de Dios, pero nunca lo describe, y explica que este reino llega de manera gratuita para todos, independientemente de nuestras acciones.
Esto significa que el reino de Dios es ofrecido de manera gratuita a todos sin necesidad de merecerlo, porque Dios nos ama independientemente de lo que hagamos. Si tuviéramos que merecer el amor de Dios, entonces Jesús ¿sería probablemente un falso profeta?, se pregunta el autor. De todas formas, los primeros destinatarios del amor de Dios son los pobres (materiales) porque, según el autor, la iniquidad en la distribución de los bienes es el origen de todos los males (no el pecado original, que es ignorado por completo). Por lo tanto, todos son hijos de Dios (pobres, marginados, pecadores), pero los elegidos son los pobres materiales visto que el mayor pecado (iniquidad) se ha llevado a cabo contra ellos.
Además, la oración del Padre Nuestro no ha salido de los labios de Jesús tal como la recitamos; digamos que ha sido adaptada por las comunidades primitivas para expresar el concepto de Jesús y sus seguidores. Nuestro inspirado autor subraya que en esta oración, Jesús augura una vida dedicada a la producción y a la repartición equitativa de los bienes de este mundo, naturalmente en relación con la creación (con perfume de ambientalismo).
La relación con Dios tiene lugar, entonces, a través del ambiente que nos rodea, con las cosas, animales, personas, porque la creación es el cuerpo de Cristo y, por consiguiente, cada vez que se maltrata la creación, se maltrata el cuerpo de Cristo, se hace daño a Dios. Y aquí enseña a transformar los propios Evangelios (a pesar de que antes había puesto en duda la veracidad de los mismos) para afirmar lo que quiere. Dice que la frase: “Danos hoy nuestro pan de cada día” no está presente en ningún evangelista. Según el autor, Mateo dice: “Danos hoy nuestro pan de mañana” y Lucas dice: “El pan de mañana dánoslo hoy“. Tal vez yo tenga un Evangelio erróneo, pero Mateo 6, 9-13 y Lucas 11, 3 dicen, en cambio, lo que yo recito en el Padre Nuestro.
Hablando de la Eucaristía, explica que para los cristianos es la repetición de la Última Cena de Jesús. Y la explicación que da sobre el por qué los judíos deciden matar a Jesús es muy intrigante: porque expulsó a los mercaderes del templo, poniendo así en discusión el sistema social judío. De hecho, por eso Caifás cumple con su deber haciendo que se le condene. En resumen, que Jesús se buscó su propia muerte. ¿Tal vez incluso con la complicidad de Judas? Que, entonces, debería ser rehabilitado.
El hecho más importante de nuestra fe, la Resurrección es abordado, en síntesis, como una profesión de fe vinculada a experiencias místicas. Quien hace resucitar al hombre es Dios y al decir: Jesús ha resucitado, lo que estamos diciendo es que Dios es resucitador de muertos. No tenemos pruebas de la Resurrección y los testigos no son fiables (¿tampoco Santo Tomás?), incluso son probables mentirosos, no hay nada que concuerde con lo que ellos afirman. Jesús es reconocido después de la muerte con los ojos de la fe. Pero si la Resurrección no está demostrada, los Sacramentos no son divinos, han sido establecidos por un hombre, tal vez perfecto, tal vez pecador (como hombre ¿podría no serlo? se pregunta el autor).
Al final, ¿cuál ha sido la obra de Jesús? Amar incondicionalmente, como Dios Padre. Y la historia está hecha de la correspondencia de este amor. Entonces, afirma nuestro autor, la famosa explicación de San Anselmo sobre la necesidad de la encarnación de Dios para la lógica de la Redención ya no se sostiene, porque es inaceptable que Dios exija la muerte de un inocente, por lo que es necesario cambiar esta explicación, aclarando que la salvación ya se ha obtenido, no debemos merecerla en absoluto. Dios no es meritocrático. Pero entonces, se pregunta, Jesús ¿de quién es el salvador? ¿Y de qué nos ha salvado? ¿Por qué tenemos que ser salvados?
Estimado lector, el problema es complejo. Antes del Concilio Vaticano II, Dios se encarnaba, era crucificado para tomar sobre sí las culpas del pecado original, resucitaba y nos enseñaba que para resucitar también nosotros debemos desearlo y merecerlo. Después del Vaticano II, nuestra salvación se obtiene reproduciendo a Jesús en nosotros, Jesús que ya ha salvado todo y a todos, nos ha reconciliado, ha hecho que seamos ya perdonados. Dios nos ha dado la salvación, ya no necesitamos merecernos nada. Para los cristianos ya no existen los Diez Mandamientos que pertenecen al Antiguo Testamento.
Mi deseo ha sido resumir, mal seguramente porque no soy teólogo, todo esto para explicar qué puede significar recibir la enseñanza en un seminario o una Universidad Pontificia. En el libro no se habla de pecado original, de Satanás, del mal, del infierno, de la gnosis, no se nombran en absoluto. ¿Tal vez porque ya no es necesario que existan? Pero si esto es lo que se enseña, ¿qué consecuencias podrá tener sobre la formación de un joven con vocación sacerdotal que aspira a santificarse y a santificar? ¿Todo esto para hacer que Dios sea creíble?
(Artículo publicado originalmente en La Nuova Bussola Quotidiana. Traducción de Helena Faccia Serrano)
https://infovaticana.com/2017/12/30/jesus-creible-ensenar-mal-evangelio/